Familia como la nuestra
no la hay en el mundo entero,
porque siempre van unidos
los casados y los solteros.
Lo cantaba siempre mi tío
Máximo Camisón
en cualquier tipo de
celebración,
en que nos juntábamos toda la
familia
pasándolo en grande, de
maravilla.
Esos Viernes de Cuaresma
en plena Semana Santa,
todas las procesiones en la
plaza
nosotros celebrándolo por
todo lo alto en casa.
Ricos platos de aperitivos
entremeses pata negra de
ibéricos,
también ricos y variados
quesos
todos productos extremeños.
Deliciosas aceitunas de los
olivares
que son verdaderos néctares,
regados con recios vinos de
pitarra
y ricas ensaladas con
productos de la huerta.
El cordero como plato
estrella
criado en la dehesa zarceña,
de postre finas natillas
con sus galletas, una
verdadera delicia.
Cante jondo, cante grande
para chicos y mayores,
palmas y unos bailes por
alegrías
para divertimento de toda la
familia.
La fiesta se prolongaba
hasta la noche bien entrada,
ya cansados y exhaustos
quedábamos para el próximo año.
Que bellos recuerdos
que no los olvido ni un solo
momento,
aunque nos faltan buenos
puntales
es para tenerlos siempre
presentes.
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