Que bellos son los
despertares mañaneros
oyendo el trino de los
jilgueros,
sus melodiosos cantos
en mi casita en el campo,
en este terruño extremeño
es de lo más placentero.
Es una forma muy distinta
de comenzar el día,
abrir la ventana de mi alcoba
llenarla de sol donde solo
había sombras,
es recargar mis pilas
de energía positiva.
Despertares mañaneros
en mi bello pueblo,
es lo que yo deseo
salir a la calle, charlar con
los vecinos,
y a la hora del aperitivo
rodearme de buenos amigos.
No existen selvas ni sabanas
pero la flora y la fauna,
de mi región extremeña
es de lo más variopinta y
bella,
alcornoques y encinas
pueblan las dehesas.
Ver y oir al tempranero cuco
escuchar el cri..cri.cri de
los grillos,
el cruac..cruac..cruac de las
ranas en sus charcas
el arrullo de las tórtolas,
el mugir de las vacas
y ver el corretear de los
cerdos en piara.
Despertares mañaneros
después un confortable
almuerzo,
salir a dar un paseo por el
campo
ese olor a tomillo y romero,
y hasta la blanca flor de la
jara
me alegra la mañana.
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