Tres cosas hay en la vida
que me ayudan a desayunar
mejor,
pan con tomate y aceite de
oliva
y de pata negra buenas
lonchas de jamón.
Para tener sano el corazón
unas dosis de esto tomar
todos los días,
es una poderosa razón
para recargar las pilas de
energía.
Las mejores y más poderosas medicinas
como medida preventiva,
las más baratas y saludables
son de Extremadura, sus ibéricos
jamones.
Esa grasa que se incluye en
la dieta mediterránea
impregnando nuestros
paladares y bocas,
de ese exquisito néctar
que procede de las dehesas
extremeñas.
Un abundante platito
de jamón ibérico,
es un buen aperitivo
acompañado de ricos vinos.
Un buen jamón extremeño
quita hasta el sentido,
las penas se marchan al
olvido
porque está rico…rico…rico.
Es un producto muy
recomendado
por los doctores más sabios,
porque nos abre el apetito
y con estos versos me
despido.
Al jamón ibérico
de pata negra,
de la dehesa extremeña
este poema le dedico.
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