Entre negros nubarrones
que amenazan un nuevo día,
en pijama salto de la cama
muy contento y alegre.
Será porque mi estado de
animo
se encuentra de lo más
óptimo,
dinámico y muy resuelto
empiezo a preparar el
desayuno.
Naranjas de mesa y rico melón
una tostada de aceite,
de café con leche un gran
tazón
lleno de cereales integrales.
Dispuesto para empezar las
tareas domesticas
barrer, quitar el polvo y
hacer la cama
colocar las habitaciones y
pasar la mopa,
y luego preparar la ropa
sucia para la lavadora.
Preparar las bolsas
para ir al super a realizar
las compras,
anoche deje escrita la lista
es la forma de que nada se me
olvida.
Apenas me he dado cuenta
y tengo que preparar la comida,
una sopita de gambas con
almejas
y un revuelto de setas.
Ya tengo pensada la cena
compré de salmón una bandeja,
para hacerlo a la plancha
y acompañarlo de unas
cervecitas frescas.
Y esto que parece una
tontería
es lo que ocurre todos los
días,
para el ama de casa
que por mucho que trabaja
parece que nunca se cansa.
Solo termina de ser
gratificante
cuando el resto de la familia
se lo reconoce,
agradeciéndole lo bien que lo
hace
con una sonrisa y un beso de
buenas noches.
Esta tarde a las ocho más o
menos
ensayo de canciones con el
Orfeón Cacereño,
a la terminación unas tapitas
y ricos vinos
que nos hacen quedar de la
muerte divinos.
Todos los jueves después de
los ensayos
unos cuantos amigos nos
acercamos al bar El Patio,
para disfrutar y pasar un
agradable rato
y esto también es justo y
necesario.
Entre chanzas y risas
rodeados de amistades
verdaderas,
y en franca y sana armonía
el cansancio y las penas se
olvidan.
Entre nubes de colores
mi corazón se encuentra
alegre,
porque por mucho que trabaje
pienso en el buen momento de
la noche.
Y así va pasando mi vida
viendo amanecer un nuevo día,
cargando mis pilas de energía
positiva
para seguir componiendo poesías.
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