Tengo que prepararme y
mentalizarme par la que se me avecina. Desde el día uno de abril en que me
realizan mi primera operación y sentado en una silla de ruedas y de ahí a la
cama hasta que vuelvan a llamarme del taller para poderme terminar de una vez por
todas de recomponer.
La espera se me antoja larga,
pero una buena preparación mental y sicológica no me falta, me refugiaré en
escribir y componer versos y poemas, unos cortos y otros más largos.
Lo que no soy capaz es de
escribir una novela o un simple cuento que me motive y me ayude a pasar estos
lances toreros tan inciertos.
Siempre me quedará mi
socorrida y querida poesía
esas cuartetas, con su
métrica y medida
contando cosas cotidianas de
la vida
otras veces es pura
inventiva.
Sueños que se convierten en
realidad
y realidades que quisieran
haber sido sueños
nunca exentos de cierta
emotividad
por lo sensible que es su
dueño.
Como dice mi amigo Enrique
Herrera
Quiero ver ahora, en mis
sueños
despierto, todo parece real
quiero mentir en mis sueños
despierto, todo suena a
verdad.
Va pasando los días, como una
rutina más, cargados de monotonía, deseando llegue la hora de la tarde en que
me sacan a dar una vueltecita al parque, para que se despeje un poquito mi
cabeza al lado del lago viendo cómo juegan los chiquillos, el corretear de los
perros, mientras corre un ligera brisa de aire.
Y así paso toda la primavera,
con la llegada del verano estoy impaciente de conocer unos resultados para
saber cuándo definitivamente volveré a ser operado y poder salir de este
letargo que se me está haciendo infinitamente largo.
Sentado en mi estudio sigo
escribiendo todo lo que me sale de mi cabeza, componiendo como un puzle todas
sus letras a diario.
El tiempo lentamente va
pasando y ahora que los días son más largos y las noches más cortas, refugiado
en la escritura y la música es lo que más me reconforta, aparte indudablemente
de los cuidados y atenciones de mi bella y cariñosa compañera y esposa.
Sin ella no sé lo que hubiera
sido de mí, pues así no hay quién viva, con tanto dolor, penas y fatigas.
Por fin llega una agradable
noticia el próximo día ocho de julio tomo la alternativa en el hospital San
Pedro será la corrida, ya empiezo a tener en mi rostro alguna que otra sonrisa.
Prueba superada, por fin he
llegado a la meta, ahora hasta el día catorce de agosto con andador y muletas
seguiré dando capotazos hasta lograr pasar la revisión completa.
Pero esto ya es otra cosa, la
vida se empieza a ver de otra forma, un poco más de color de rosa. Tengo
bastante independencia para no agobiar tanto a mi asistenta.
Cada hora de asiento quince
minutos de paseo, para que se vayan fortaleciendo los huesos.
Después ya me indicaran el
tipo de gimnasia que tendré que realizar en manos de la fisioterapia, ya que
las piernas están muy flojas y blandas, después de llevar tantos meses sin dar
un paso y menos una caminata.
Pero ya empiezo a ver el sol
cada mañana
ya no veo negros nubarrones
por mi ventana
son más alegres los días y
las semanas
empiezo a estar optimista y
reir de buena gana.
Mis escritos tienen ya una
nueva chispita
las letras están cargadas de
nueva sabia y alegría
para un cojo no hay mejor
terapia
que ver que ya no cojea y que
camina y anda.
Está el club de la comedia,
el club de los poetas muertos y el club de los que andamos con muletas, y no
precisamente muletas toreras, de esos que hacen unas grandes faenas y hacen más
famosas las corridas taurinas.
Son muletas como para andar
por casa, por las aceras y como mucho ir a echar la primitiva, muletas para
gente no chulesca, sino cojitranca.
Muletas a las que ya le tengo
estima y cierto cariño ya que han estado en varias ocasiones durante bastante
tiempo conmigo, haciéndome acompañamiento en varias intervenciones, siendo el
verdadero sustento de mi cuerpo y de mis ochenta kilos de peso.
Van pasando los días,
trascurriendo el tiempo, noto que mis piernas cada vez se van más fortaleciendo
y solo por esto me alegro y cada día estoy más contento.
Dichoso de pertenecer a éste
club muletero, pues cuando veo a tantos jóvenes en sillas de ruedas de por vida
postrados y es que el que no se conforma es porque no quiere ya va quedando
menos para estar bien a mí me lo parece.
Hay cojos, que cojos nacen,
cojos de nacimiento
cojos de una caída, cojos
rencos
cojos para salir en la foto,
cojos de ocasión
cojos que con mala pata,
cojos que cojos son
cojos que son cojonudos y
otros que son cojonatos a mi alrededor
y entre un cojo y otro cojo
no sé cuál escojo.
( Adrián Sánchez Blázquez )
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