Huérfanos se han quedado los
palos
los palos del cante flamenco
ya que ha fallecido el mejor
cantaor,
el más gitano y el más torero
de todos los tiempos
pasados, actuales y pretéritos.
Era, es y será único e
irrepetible
en los fandangos de empuje,
con mucha fuerza y valientes
el que mejor con diferencia
lo sabía hacer.
No era el Camarón de la Isla
con sus romeras, tangos
flamencos y bulerías,
era Fermín Cuartillo de Zarza
de Granadilla
con sus soleas, guajiras y alegrías.
No era Juanito Valderrama
con sus tientos y peleas en
broma,
era el hijo mayor de la
abuela María
con sus cantes a palo seco y
seguiriyas.
No era Pepe Pinto
con su antología del cante
grande
pero era de la Zarza, El
Cuartillo
con sus fandangos y cantes de
Levante.
No era el Marqués de Porrinas
con sus cantiñas y jaleos
extremeños
era el marido de Antonia La
Paquera
con sus seguiriyas y malagueñas.
No era Rafael Farina de
Salamanca
con sus fandangos y de sangre
gitana
era el inimitable Fermín
Cuartillo
con sus famosos
fandanguillos.
No era Pepe Marchena
al que todos respetaban
cuando cantaba
era Cuartillo el de la Zarza
el que mejor zambras gitanas
montaba.
Huérfanos se han quedao tos
los cantes
los más chicos y los más
grandes
y como a los más famosos
toreros
le han dado tres vueltas al
ruedo.
( Adrián Sánchez Blázquez )
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