Muertos para no olvidar
Hay muertos
que no olvido
y vivos que
están muertos hace tiempo,
porque no
hay peor enemigo
que el
amigo falso y embustero.
Con bonito acompañamiento
de un
mariachi de México,
con un
trago de tequila brindo
por los
muertos y por los vivos.
Así en la
tierra como en el cielo
o en el mismísimo
infierno,
con todas
las llamas ardiendo
para calentar
tanto corazón gélido.
Habrá que
dejar en paz a los muertos
y preocuparnos
de los malos que colean vivitos,
que como la
sentencia del Pero Palo
en la
hoguera han de ser quemados.
Hay muertos
que no olvido
por lo
maravillosos que han sido,
y vivos que
tengo enterrados hace tiempo
en el fondo
del armario ropero.
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