A m o r
Es un noble sentimiento
en todo momento,
de mi corazón inquieto
desde que te he conocido.
La pasión se apaga
pero entre sus cenizas,
la llama sigue encendida
hasta el final de mis días.
Éste precioso día
lo celebraremos con alegría,
y que por muchos años
festejemos tu cumpleaños.
Te quiero una jartá
no lo dudes vida mía,
y para recordártelo y que lo sepas
te escribo este poema.
Cáceres, a trece de noviembre de dos
mil dieciséis.
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