A Rita
Barberá in memoriam
Rita
Barberá muere de un infarto
a la edad
de sesenta y ocho años,
política pepera,
alcaldesa y senadora
genio y figura
hasta la sepultura.
La siniestra
guadaña
se llevó a
Rita Barberá,
y a toda la
cínica familia pepera
les entra
una gran lloraera.
La alcaldesa
de España
veinticuatro
años lo ha sido en Valencia,
y seguirá
cosechando victorias
como el
Cid, después de muerta.
Siempre con
una eterna sonrisa
que le
llegaba de oreja a oreja,
ahora que
no era nadie
le daban de
lado sus colegas miserables.
No es que
diga yo que haya sido una santa
pero tampoco
será para que fuese tan crucificada,
y de toda
la familia pepera
el que esté
libre de culpa que tire la primera piedra.
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