De Quijotes y Sanchos
En este país nuestro
de duelos y quebrantos,
donde sigue habiendo
más Quijotes que Sanchos.
Es para escribir Quijostorias
de la novela cervantina,
con más penas que glorias
como dice Nieves Concostrina.
Por donde correteaba Dulcinea
en tierras de Castilla-La Mancha,
bellos paisajes por esos campos
famoso pueblo del Toboso.
Rocinante, caballo hirsuto
por armazón un esperpéntico esqueleto,
caballero lanza en ristre, junto a su
fiel escudero
luchando torpemente contra molinos de
viento.
Así en la tierra como en el cielo
se oyen las hazañas de este valiente manchego,
deshacedor de entuertos
desde Covadonda hasta más debajo de Despeñaperros.
Aquí paz y luego gloria
así se escribe la historia,
de este noble caballero
que recibió golpes a diestro y
siniestro.
Don Quijote de la Mancha
y su escudero Sancho Panza,
son la cruz y la cara
de nuestra insólita España.
De Quijotes y Sanchos
está el mundo lleno,
la mitad de ellos están locos
la otra mitad no están cuerdos.
Novela que escribió Cervantes
del comportamiento de la gente,
y de algún que otro ilustre hidalgo
que andaba algo chiflado.
Escribió esta novela cervantina
para ridiculizar a las de caballería,
ni en sueños imaginarse pudiera
que iba a ser la más famosa de todas ellas.
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