XLVIII
Es viernes de
madrugada
salgo de paseo a
las Solanas,
me paro a tomar
un café con tostadas
en la carretera,
donde las Pepas.
Una gran
afluencia de público
tienen todos los
días a la hora del desayuno,
en estos
momentos llega La Sepulvedana
que va para
Madrid, son las ocho y media de la mañana.
Continúo mi
paseo por la senda del camino
hay poca
concurrencia de público,
por el medio de
la carretera
turismos, todo
terrenos y furgonetas.
Por la
estrechita vereda
que a la
urbanización me lleva,
atravesando la
piscina veo cigüeñas
vencejos
devorando insectos y dos tórtolas.
A la ida como a
la vuelta
paso bajo el
arco de la Presa,
a lo lejos en la
sierra
diviso la sierra
de Gredos de nieve cubierta.
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