LXIII
Qué bien y que
pronto
le dijo la tonta
al tonto,
me la he bebío
tóa
y no he quedao
ni una gota.
Verano, hora de
siesta
cuarenta grados
a la sombra,
así no hay quien
duerma
tengo empapá toa
la camiseta.
Teníamos que
compartir una gaseosa
refrescante y
con tantas burbujas,
pero la bruja de
la tonta
se la ha bebío
ella sola.
Cada tonto con
su tema
será locura
transitoria,
con estas
calorinas
al beber tanto
se resiente la vejiga.
Vienen a mi
memoria
recuerdos de la
trilla,
mientras siesta
dando vueltas a la parva
con todo el
calor para crujir la paja.
Aguantar una nube espesa
de moscardones y
moscas pegajosas
y algunas que
otras cojoneras
que a las caballerías
alteran.
Beber a la
sombra el agua del botijo
esperando la
llegada del gazpacho de las cinco,
con pan, tomate,
ajo y poleo
para calmar la sed
de nuestro cuerpo.
Las noches
enteras
entre colchones
de gavillas,
dormir a cielo
raso
para vigilar de
rateros el grano.
Serán estos
calores del verano
que mi mente
algo han trastornao,
que sueño con
viejos recuerdos
de mi infancia,
hace ya de ello tanto tiempo.
Qué bien y que
pronto
le dijo la tonta
al tonto,
con la excusa de
habérmelo tóoo bebío
has podío
inventarte este escrito.
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