LXI
Adiós primavera
que mi sangre altera,
bienvenido verano
sol y vacaciones
con mucho entusiasmo.
Noches de
insomnio
ataques furibundos
de los
violadores del sueño
con sus
aguijones venenosos.
Me paso las
noches enteras
a la caza y
captura
con el hacha en la
mano
en busca del
asesino canalla.
Por la mañana
temprano
amanezco con los
ojos hinchados,
unas veces por
los picotazos
otras por no
haber descansado.
Pero esta
estación calurosa
también tiene
cosas bellas,
sentarte en una
terracita
a saborear unas
cervecitas frescas.
Chiringuito en
la playa
picoteando cualquier
cosa,
después pasear
por la arena
bajo la luz de
la luna y las estrellas.
Como siempre
pasa
cada loco con su
tema,
todo tiene sus
pros y sus contras
si no estás a
gusto vas y lo cascas.
Estos malditos
violeros
podrían en vez
de sangre chupar grasa y sebo,
a nuestros
grasientos cuerpos
y así poder agradecérselo.
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