LVI
Bienvenido entretiempo
bienvenidas semanas,
en las que
mezclamos los abrigos
con las queridas
sandalias,
estiramos las
medias finas
y nos quitamos
la faja.
El primer día
que sales de casa
sin ninguna capa
en las piernas,
sientes una vulnerabilidad
absoluta
ya que llevan
meses ocultas,
bajo pantalones
y medias
hasta que
llegado este día las liberas.
Comprobando que están
de un color níveas
como un edificio
de Calatrava,
de un color tan
blancas
que de vitamina
D están faltas,
sientes que con
su sola presencia
podrías iluminar
de una ciudad toda su periferia.
Todos los años
alguien se encarga
de recordarte lo
blanca que estás,
es admirable
esta tarea
de estas
desinteresadas personas,
que como si
voluntarios de una ONG se tratara
tienen ganas de
joer la marrana.
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