XX
Con mi camisola y pantalón
corto
salgo de romero,
como errante peregrino
recorriendo trochas y caminos.
Paseo por sendas y trochas
que no las transitan ni las
cabritas mochas,
como un impenitente viajero
voy cruzando arroyos y
estrechos senderos.
Veo la blancura de las
margaritas
el rojo de las amapolas,
el tomillo y el romero
con sus aromas tan intensos.
Observo en lo alto de la
sierra
sus cimas de nieve cubiertas,
el olor a hierba fresca
todos mis sentidos llena.
Contemplar tanta belleza
del campo en primavera,
a una hora tempranera
mi espíritu de un fresco aroma
se impregna.
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