VIII
Mientras me abrocho la
bragueta
colocándome los atributos de
mí entrepierna,
una cierta sorna e ironía
interior
confirma que cualquier tiempo
pasado fue mejor jorjorjor.
Dejaré de presumir de polla
en esta irreverente historia,
que puede entenderse como
malsonancia
al escucharla un clérigo o
una honesta jubilada jajaja.
Pensaba tener un viril miembro
pa toa una vida
pero se ha convertido en flor
de un día,
ya no hay hombres como los de
antes
mal que me pese jejeje.
Este mal no tiene remedio
ni con un brasero,
a la desconsolada pollita
lo más que le pueden salir
son cabrillas jajaja.
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