Con ganas de pasar un buen rato
de reir y poder divertirnos,
nos hemos juntado ocho amigos
en la XXXI edición dela feria del queso
en la hermosa ciudad de Trujillo.
Consuelo y Longi
Vicente y Pepi,
Rita y Juán
Toñi y Adrián
ocho amigos de verdad.
Cualquier momento es bueno
hay que buscar cualquier excusa o motivo
para estar nuevamente juntos,
reforzar nuestros lazos
y por siempre seguir unidos.
A la entrada de la villa
alrededor de las doce y media,
en el hotel las Cigüeñas
fue la llegada, parada y fonda
unos cafetitos y unas cervecitas frescas.
Después nos fuimos a buscar aparcamiento
un poquito más para el centro,
y alrededor de las trece horas
llegamos al centro de la plaza
compramos unos tickes a la entrada.
Había más de cien casetas
entre nacionales y extranjeras,
de todas partes de España
de Gran Bretaña e Italia
de Portugal y de Francia.
Quesos muy variopintos
dependiendo de los gustos
unos mantecosos y frescos
curados en aceite y fuertes y duros
a cuál de ellos más rico y sabroso.
Los había para todos los gustos
y unos excelentes caldos
para acompañar tantos quesos,
y alguna que otra cerveza
para refrescar nuestras gargantas sedientas.
Después de haber repuesto fuerzas
con algún bocata de jamón dela tierra,
por unas estrechas y empinadas callejuelas
de tantas como tiene ésta ciudadela
fuimos de paseo a darnos una vuelta.
A la hora y media de caminata
y por ser la hora de la siesta,
hicimos un alto en el camino
para descansar y sosegarnos
tomándonos un rico cafetito.
Después una visita
a la exposición de cerámica,
donde pasamos un agradable rato
viendo porcelanas de barro
y adquiriendo algún que otro cacharro.
A las ocho de la tarde
contentos y alegres,
decidimos despedirnos y regresar
cada uno a su punto residencial,
no tardar mucho prometimos
en volver a juntarnos para divertirnos.
Procurar pasar buenos ratos
es lo que deseamos los que estamos jubilados,
con buenos amigos y grata compañía
disfrutar todos los días,
ya lo dice el refrán: disfruta y bebe
que la vida del jubilado es breve.
Feria del queso en Trujillo
es un referente punto de encuentro,
para en el puente de primeros de mayo
aparte de degustar infinidad de quesos,
volver siempre a vernos
a ser posible siempre más que menos.
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