XCVII
Se me perdió mi
pañuelo
quién se lo vino
a encontrar,
la niña que yo
más quiero
y no me lo quiso
dar.
Ay mi pañuelo
y en cada
esquina un suspiro,
y en medio
un que me muero.
Esta alegre
bulería
la cantaba El
Lebrijano,
uno de los
mejores cantaores de flamenco
de toda la
Andalucía.
Toda Lebrija
canta
un cante por
bulería,
mientras doblan
las campanas
llora toda la
gitanería.
Cuando El
Lebrijano canta
se moja el agua…..,
dejas un vacío
imposible de llenar
que nadie puede
reemplazar.
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