LXXXIV
Era mi padre
Fermín Cuartillo
más que un santo
era carnavalero,
alegre y
dicharachero
y un gran
cantaor de flamenco.
Era la alegría
de toa la Zarza
desde que se
levantaba por la mañana,
con su buen
humor que a todos nos contagiaba
quitándonos las penas
del corazón y alegrando nuestras almas.
En su paseo
matutino
charlaba con
todos los vecinos,
contándoles algún
que otro chascarrillo
o llegado el
momento, cantarles algún fandanguillo.
Hoy que es el
día de su santo
ahora que es
llegado el momento,
quiero seguirle
recordando
mientras le
dedico este fandango.
El vino da libertad
pa decir lo que se siente
por eso el que cuerdo está
se retira de la gente
por no decir la verdad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario