Excursión a Gredos
Una cabaña perdida en la montaña
mi fiel compañera que siempre me
acompaña,
unos pantalones vaqueros y botas
deportivas
y a disfrutar del fin de semana.
Temprano, de buena mañana
preparar las mochilas con unos
bocatas,
para hacer alguna ruta senderista
serpenteando las faldas de las
montañas.
Gorra visera y cayada
para facilitarnos la escalada,
atravesamos unos bosques de coníferas
dejando atrás la explanada.
En lo más alto de Gredos
divisamos un macho cabrío,
con su harén de montesas cabras
que alegremente la rica hierba
pastaban.
Llegamos al pico del moro Almanzor
cuajado de nieve estaba todo su alrededor,
en sus lagunas a media mañana
nos dimos un bañito en sus
refrescantes aguas.
Es hora de realizar un alto en el
camino
comer un bocata y beber un traguito
de vino,
descansar durante un momento
y prepararnos para el regreso.
La bajada es impresionante
viendo a lo lejos los ríos y valles,
divisando en toda la llanura
nuestra bella tierra, Extremadura.
La caminata ha merecido la pena
han sido nueve horas entre subida y
bajada,
las plantas de los pies muy doloridas
para meterlas en agua caliente y sal marina.
El aire fresco de la sierra
en esta noche de luna llena,
nos transporta entre sueños a otras
tierras
pero eso es otra historia, una nueva
leyenda.
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