Unas gaviotas de un blanco
níveo
quisieron volar tan alto
para apropiarse del azul del
cielo,
que por avariciosas rápidamente
descendieron
y con sus huesos vinieron a
dar al suelo.
Convertidas en enormes
pajarracos
de esos de un color muy
negro, como cuervos
vestidas de un luto riguroso
pululan por iglesias y
conventos,
como fantasmas de la película…….Los
Otros.
Ahora convertidas en
esperpento
con rezos de rosarios,
lanzan unos graznidos tan
altos
que espantan a la feligresía
a sus seguidores y hasta a la
misma curia.
Cáceres, a diez de octubre de
dos mil quince.
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