A mi padre Fermín Cuartillo
en su ochenta y siete
cumpleaños,
estas letras le dedico
como si fuese el mejor de mis
fandanguillos.
Me senté junto al romero
con mis mantas zarceñas,
clareaba la mañana
pensando en lo que te quiero
y en tu cara tan gitana.
Hoy quizás por estar el día
gris
me encuentro depre y un poco triste
quizás añorando esa risa y ese
buen humor
que en todo momento te hacía
ser un señor.
Buenos días padre mío
Sabes lo que te quiero y te
he querío,
cuanto te echo de menos
todos los días, de lunes a
domingo.
Esos ojos chiquininos pero
siempre risueños
que eran la alegría de
familiares y amigos,
con tu saber y tus cantes
jondos
eras la admiración de todos
los vecinos.
Al pasar todos te decían : buenos
días Cuartillo
desde los más grandes hasta
los chiquillos,
cuando salías de paseo con tu
cayado
por cualquier callejuela del
pueblo.
De todos eras respetado
por todas partes tenías
amigos,
que siempre te trataron con
respeto y cariño
y a ti te caían unas
lagrimitas, no podías disimularlo.
Cuando florece el guapero
le dice el chivo al cabrero,
bébete tú la leche y el suero
que yo ya no los quiero.
Eres mi maestro y amigo
padre y gran aliado,
jamás una mala palabra o mal
gesto
salió nunca de tus labios.
Ahora que es tu aniversario
allá donde estés, más arriba
que abajo,
en tu ochenta y siete cumpleaños
te envío un beso y un fuerte
abrazo.
A mi padre Fermín Cuartillo
como buen padre no hay otro,
que allí en tó lo alto del cielo
le lleguen estos sentidos
versos.
Canta romero, canta romero
canta sevillanas y fandangos,
y alegres fandanguillos
para que se alegren tóos los Cuartillos.
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