Qué tiempos aquellos
nostálgicos que vienen a mis
recuerdos
de mi tierna infancia, de
pequeño
después de comer, al rato
mi madre encendía la radio.
Había que escuchar el espacio
dedique usted su disco
a todos sus seres queridos,
alternaban las coplas y el
flamenco
las grandes orquestas y los
boleros.
Con cierta memoria y mucha
nostalgia
estoy marcado por aquellas
sobremesas
de aquella música de los años
sesenta,
con dedicatoria para los
reclutas
a las madrecitas del alma y a
las novias.
Aquellos días de espera
hasta conseguir escuchar
nuestra dedicatoria,
y cuando la conseguías
te inundaba una felicidad y
sonreías
sin ningún tipo de
cortapisas.
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