No sé lo que tienen madre
todos los habitantes
de los pueblos y aldeas
de la comarca hurdana,
que todos los que vienen a
visitarla
marchan muy alegres para sus
casas.
Una guapa hurdana
que por la calle pasaba
con un cántaro en la cabeza
a buscar agua a la plaza,
me ha robado toíta el alma
con una pícara mirada.
A los sones de un tambor
cantando una canción de amor
me ha robado el corazón,
como mueve su cintura
y al compás de sus caderas
yo he perdido la cabeza.
Las Hurdes, sus calles y
plazas
cada esquina y rincón
son fuentes de inspiración,
que me nublan la razón
y como un sueño reparador
empiezo a sentirme mejor.
A pesar que el documental
que rodó hace años Luis
Buñuel
y los retrataba como extraños
seres
de enigmáticas costumbres
que les hizo quedar tan mal
y para el resto del mundo tan
poco bien.
No sé lo que tiene madre
la Comarca de las Hurdes
que todo el que viene a
verla, vuelve
es como un imán que atrae
desde el amanecer hasta el
caer la tarde
un lugar para llegar y
perderse por sus bellos parajes.
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