La Cuchara de San Andrés
es un familiar restaurante,
donde los clientes habituales
hombres de letras y autores
teatrales,
cómicos y celebres personajes
por no perder ripio de su
propio papel,
o sencillamente por puro
placer
pueden descabezar un sueño
después de comer.
Cuando están casi vacíos los
salones
y se van despertando los
últimos comensales,
se abrazan y se despiden
amablemente
deseando verse próximamente,
y en éstos cómodos sillones
hacer una digestión
memorable,
después de comer hasta el
caer la tarde
es todo un placer
inolvidable.
Y es que después de comer
una siestecita es el mejor placer,
que todo buen comensal sabe
agradecer
rematar lo del antes con lo de después,
en una mullida cama
con orinal y pijama,
todos los días de la semana
y mejor que esto no hay nada
de nada.
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