lunes, 1 de abril de 2013

Un día del mes de septiembre


Era por el mes de septiembre, cuando aprieta el calor
una mañana de un día cualquiera, por la mañana temprano
habiendo pasado las fiestas de San Ramón Nonato
estábamos en los días del pardo.

Salgo a pasear en dirección a la dehesa
por calle Arrabal de la Laguna llego a las Tres Banderas
a lo lejos diviso el Alto Kalama, alcornoques, encinas y el páramo
veo el águila culebrera y oigo el trinar de os pájaros.

Llegado al Alto Rongel y a lado de la finca de los abuelos
veo la monumental Plaza de Toros dominando todo el cerro
habiendo pasado por la piscina municipal y El Cielo
prosigo disfrutando de éste paseo.

Respirando el aire puro que proviene de la sierra
desde lo alto del Pinajarro hasta las montañas de Bejar
un día del mes de septiembre, una mañana cualquiera
veo bonitos chalets a la salida del pueblo, a ambos lados de la carretera.

Serpenteando el camino y los altillos de la carretera
al altar de la Virgen de Fátima he llegado, sin apenas darme cuenta
un indicador de Guijo de Granadilla y otro a Cáparra
nos hacen detenernos al lado de la cuneta.

Al regreso me encuentro un pastor con una piara de cabras
y alguna que otra oveja
dos perros de majá con sus carranclas
y un perro carea.

No es difícil ver el pastoreo en éstas llanuras
aunque cada vez quedan menos cabras y ovejas
debido a una mala política comunitaria
que han hecho desaparecer explotaciones enteras.

Aunque el campo debido a la intensa sequía está esquilmado
hace mucho viento y el cielo está ligeramente nublado
oigo el ronroneo de las palomas, el canto del cuco
veo volar jilgueros, mirlos, tórtolas y escucho el búho.

Pasear por las mañanas en Zarza
un día del mes de septiembre, una mañana cualquiera
recargando las pilas antes de volver a la tarea diaria
ya sea en Cáceres ó en Villanueva de la Vera.




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