Como dice la letra
de una bella colombiana,
de Manuel Paradas
me gusta la primavera.
Este cante tan flamenco
es como el cantar de los
jilgueros,
me gusta más que el sonido
de la lluvia de los romeros.
La letra de ésta canción
que cantaba mi padre
Cuartillo,
al recordarla en éstos
momentos
me hace llorar de emoción.
Es la estación primera
para mí la más bella,
aparte de que la sangre me
altera
a mí me quita las penas.
Como peregrino por el mundo
que ando por los caminos,
hasta encontrar esa casita
blanca
y esa blanca paloma.
Es una época muy hermosa
toda la campiña explota,
como una alfombra de colores
entre flores y olivares.
Recuerdos y añoranzas
de tiernas y bellas épocas
pasadas,
al acercarse el día del
padre, el diecinueve de marzo
me pongo a llorar como un
desconsolado muchacho.
Cuartillo era mucho Cuarto
más grande que el Piyayo
gitano,
que cantaba por Farina
en los días de feria y
romería.
Eras la alegría de la huerta
punto de unión de la familia,
a tu lado nunca había penas
el orgullo de Zarza de
Granadilla.
Van dedicados estos versos
para ese Piyayo zarceño,
que se fue de gira algún
lugar inconcreto
por la infinidad del
universo.
Me gusta la primavera
sus colores y sus flores,
y tenerte yo a mi vera
y los besos de tu boca
a mí me quitan las penas.
Vente, vente tu conmigo
vente, vente y ya veras,
tengo una casita blanca
en medio del olivar.
Entre flores y olivares
tengo mi blanca paloma,
mi casita es un lucero
le da el sol cuando se asoma
y el cantar de los jilgueros.
Como errante peregrino
abrir mis alas al viento,
mis cantares llevo dentro
y brotan de mi garganta
historias de sentimiento.
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