Nuevamente el terror
sacude nuestro corazón,
ante estos nuevos atentados
producto de la sinrazón.
Hoy ha sido en Bruselas
ya que sin ningún tipo de fundamento,
y sin orden ni concierto
pero nos puede tocar a cualquiera.
El terrorismo yihadista islámico
encomendándose a su Dios o al diablo,
hace verdaderos estragos
en el aeropuerto belga y en el metro.
Escenas de horror y pánico
tantos cuerpos por los suelos,
entre heridos y muertos
al pié de trescientos.
Deben de tomar algún tipo de drogaína
que les haga perder la razón y la vista,
para que estas mentes depravadas y asesinas
sean capaces de inmolarse ellas mismas.
Este tipo de fanatismo
mal llamado religioso,
deben hacerles un buen lavado de coco
para desear acabar con todo.
La unidad de los demócratas
debe servir para acabar con ésta locura,
que tantas familias deja destrozadas
y de por vida rotos su corazón y alma.
Contra toda ésta gentuza
se impone cordura y mano dura,
mi más enérgica repulsa
a éstos atentados belgas.
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