Lunes de buena mañana
debo pasar la prueba,
que no es de cualquier manera
es muy rigurosa y severa.
Para ello este fin de semana
estoy a base de ayuno y
abstinencia,
muchos líquidos y agua
y algún caldito sin nada de
grasa.
Tan solo de pensarlo
el ombligo se me está
encogiendo,
me dan unos sudores fríos
y algún que otro escalofrío.
Por la tarde un sobrecito
en un vaso de agua desleído,
beber de agua dos litros
para limpiar los intestinos.
A la siete de la tarde
empieza la faena
de líquido tengo la tripa
llena,
flatulencias y retorcijones
acudir al aseo para
frecuentes deposiciones.
Y como dice en la tele el
anuncio
el algodón no engaña,
el interior queda
completamente limpio
al desechar tanta sustancia
orgánica.
Espero dormir un poquito
ya que tengo que levantarme
prontito,
para tomar otro sobrecito
a las siete en punto.
Lunes alrededor de las doce y
media
debo ir a realizarme la
prueba,
que me dejará completamente
perjudicada
toda mi parte trasera.
Deseo que los resultados
no tengan ninguna importancia,
poder seguir con mis relatos
y riendo toda ésta semana
santa.
Entré en el hospital, en el
cuarto
quedarme desnudo de arriba
abajo,
para realizarme la prueba
que tanto me atormenta.
Aparecieron en el aposento
tres dulces ángeles del
cielo,
y como en un delicioso sueño
relajaron todo mi cuerpo.
Sin apenas haberme dado
cuenta
me habían realizado la
prueba,
con esas dulces manos
que mi cuerpo apenas tocaron.
Algo confuso por la anestesia
empecé a incorporarme de la
litera,
tranquilo, sereno y muy
relajado
con mi fiel compañera,
siempre a mi lado.
Acto seguido para celebrarlo
nos fuimos a comer a un
italiano,
un rissotto de arroz y rica
ensalada
que mi cuerpo agradeció con
toda el alma.
Después de un cafetito y un
helado
al sol ricamente hemos
paseado,
después regresar a nuestra casa
tan felices como unas pascuas.
Por fin acabaron mis cuitas y
miedos
ya que son libres y no
cuestan dineros,
una vez pasada la prueba
más contento que unas
castañuelas.
Ya va llegando el momento
de ir terminando estos
versos,
pues hoy es día de ensayo
en el Orfeón Cacereño con sus
cantos.