miércoles, 29 de abril de 2020

La maldita cuarentena


MALDITA CUARENTENA

Quién me iba a decir cuando empecé a escribir este nuevo libro de versos y prosa literaria que me iba a pillar una pandemia por culpa de un mal bichito, sin saber realmente cuál es su causa y de nombre coronavirus (covid-19), aunque muchos pensamos que su origen es producto de un laboratorio, que se les escapó o lo soltaron sin querer queriendo como si fuese la tercera guerra mundial para acabar con media humanidad, sobre todo segar la vida de los jubilatas para que a la Seguridad Social le puedan cuadrar las cuentas y algunos laboratorios poder vender la vacuna para atajar esta pandemia y ver aún más sus arcas llenas y repletas.
Algunas personas, individuos de los de mala ralea como cantan algunas coplas de Pero Palo de Villanueva de la Vera, que con tal de forrarse los bolsillos no les importa acabar con media humanidad. Creo que no son realmente conscientes de la tragedia tan enorme que acaban de realizar con semejante faena.
Si esto se pudiera demostrar habría que cortar a cada uno de los responsables la cabeza.
El dolor de las familias de las victimas es tan grande que no hay palabras de ánimo suficientes en el mundo para consolarles.
Y que decir de los dirigentes de todo el mundo, si parecen un atajo de zoquetes e ignorantes, con los cientos de consejeros y asesores que tienen y no son capaces a pesar del tiempo transcurrido de encontrar una solución para remediar y acabar con tantos males.
Si dicen que con agua y jabón lavándose las manos se destruye este virus, porqué tardan tanto en encontrar una vacuna para combatirlo y erradicarlo.
Creo que siguen dando palos de ciego y no quieren darse cuenta que está toda la flota a punto de irse a pique porque todos los barcos se están hundiendo y sin flotadores no hay nadie que se salve y el que venga detrás que arrée.
Es penoso y lamentable los tiempos que estamos viviendo, este libro que en principio iba a llevar el título de “Perlas Literarias”, pero como más de la mitad de los escritos hacen referencia a esta pandemia y lo cuesta arriba que se está llevando esta cuarentena, que ya se aproxima a la sesentena y podría titularla “La nueva peste negra”, aunque no se ennegrece la piel de las víctimas, muy negro es el penar de todos sus familiares.
A modo de anécdota comentar que dos médicos chinos les cambió el color de la piel. Es de desear que no sea tan devastadora como aquella que duró entre los años 1347 y 1353, matando a más de un tercio de la población europea.
Aquella peste era causada por la bacteria Yersinia pestis. Los roedores, como las ratas, portaban la enfermedad.
Si el origen del coronavirus ha sido creado de forma artificial, si se tratase de un virus natural que se estaba estudiando y consiguió burlar los controles de seguridad para después propagarse rápidamente. Vamos como si fuesen estos investigadores Ratas de Laboratorio.

De las medidas que propone el gobierno
para la progresiva desescalada
apenas me creo que sean efectivos
al estar llenos de dudas al ponerlos en práctica.

Solo iremos dejando pasar el tiempo
para cuando salgamos de paseo los jubilatas
se incrementarán en pocos días el número de infectados
y muchos más pasaran a mejor vida.

De nuestros dirigentes no pongo en duda
que tendrán mucha presión por parte de la industria
para volver a toda prisa a la actividad diaria
habrá que valorar a cambio de cuantas víctimas.

No se si será mejor por el coronavirus morir
o de hambre perecer por no poder subsistir
veremos que el tiempo poco a poco pase
y de todo lo que suceda ya podré contarles.

Este que en principio debía ser un libro más en mi carrera de aprendiz de escribidor, al final va a ser como de aprendiz de brujo que desea con todas sus fuerzas que las meigas y musas me ayuden a salir lo más pronto posible de esta pandemia a la que yo considero de este siglo “La nueva peste negra”.
El panorama se presenta muy incierto, ya que no sabemos cuándo realmente lograremos salir de esto o si vamos a tener que acostumbrarnos a convivir con el coronavirus como una de las grandes pandemias modernas a las que se enfrenta la humanidad y que terminaremos desarrollando inmunidad frente a este virus, que se quedará con nosotros como ha sucedido con el sarampión o la poliomielitis.
A falta de hacer tests, bebemos tilas y manzanillas para calmar los nervios y todo tipo de tisanas para poder mantener la calma. Porque después de tantos días de confinamiento estoy ya que me subo por las paredes y ni yo mismo me aguanto.
Mira que hago repostería casera, menús extraordinarios para chuparse los dedos en la cocina, marcha por el salón y dormitorios de la casa y hasta a diario una tabla de gimnasia, pero salgo a las ocho de la tarde a aplaudir a todos los que se están dejando el pellejo para salvar a toda la humanidad y desde la terraza grito a los cuatro vientos que ya estoy hasta los mismísimos bemoles e este forzoso encierro y que por favor que ya estoy jartito y deseo salir cuanto antes de casa.
En ocasiones me siento como un corresponsal de guerra que tiene la necesidad de escribir su artículo diario sobre esta contienda.

Lo que iban a ser unas Perlas Literarias
han sido mayormente crónicas diarias
a modo de denuncia social de esta horrible pandemia
que nos tiene confinados en dolorosa cuarentena.

Lo más importante en esta larga carrera
sin prisa pero sin pausa
mientras llegue la ansiada vacuna
es llegar sanos y salvos a la meta.

Vueltas le doy al magín para no perder el oremus
por culpa de la pandemia de este coronavirus
en cosas de tanta enjundia
en esta maldita cuarentena.

 Coronavirus | Las grandes obras que Shakespeare, Munch y Boccaccio ...









No hay comentarios:

Publicar un comentario

Translate