A
UN SESENTA Y SEIS CUMPLEAÑOS
Ya
cumplí los sesenta y seis y estoy cerca de alcanzar el sesenta y nueve y no
paro histéricamente de reir, lo que era un hermoso cipote se ha convertido en
un cipotín.
Que
muchos presumen de boca pero a la hora de la verdad es otra cosa, que si uno al
día, dos o tres a la semana, pero yo creo que hay que sentirse satisfecho con
dos al año y a otra cosa mariposa.
Y
es que en asuntos del sexo resulta que el mundo es un pañuelo, se pierde una
cabeza por la otra y a la vejez a renquear con la garrota.
A comprar una
garrota
un cojo vino a La
Vera
aprendió a bailar
la jota
y se le quitó la
cojera.
Solo
nos va quedando el pico para fanfarronear con los amigos, recordar batallitas
de guerra tomando el sol en éstos días de primavera.
Deseando
llegue pronto el verano para estirarnos como los lagartos y con los viajes del
Imserso se nos alegre nuestro taciturno careto.
¡
Qué fea es la vejez coño! decía el tío Emiliano Escobedo y estaba en lo cierto,
ahora me doy cuenta de ello.
Que
los años no pasan en balde y hay que pagar un justo precio, unos antes y otros
después si quieres otra vez te lo cuento.
El
buen humor que no nos falte desde buena mañana hasta el apardear la tarde, ya que
como solo se vive una vez el que venga detrás que arrée….jejejeje.
Buenas mozas tiene
La Granja
Casas del Monte y
Segura de Toro,
pero se llevan la
palma
las mocitas de
Zarza que es mi pueblo.
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