A
UN EMIGRANTE ZARCEÑO
Felipe
se fue al Brasil
con
todos sus compañeros
Confite
el de La Granja
Ratón
y Quico Jiguero.
A
mi mente llegan recuerdos añejos
cuando
en los años sesenta y tantos
mi
padre cogió una maleta vieja
y
con cuatro ropas emigró a Alemania.
Abandonando
Zarza de Granadilla, su pueblo
dejando
sola a mi madre con las faenas del campo
teniendo
que cuidar de cinco hijos pequeños
sin
saber a cuento de que vino todo esto.
Creo
que fue tomando un día unos chatos de vino
en
los bares del pueblo con el compadre Casto cantando flamenco
las
orejas y los ojos como platos de grandes se les pusieron
y
a descubrir las Alemanias dicho y hecho se fueron.
Partieron
para Alemania
de
ilusiones llevaba una maleta llena
dejando
triste la tierra zarceña
y
a la familia los ojos llenos de lágrimas.
Abandonando
el campo zarceño
preñado
de tabaco y pimientos
teniendo
que buscar de prisa y corriendo
para
recolectar los productos un incompetente mediero.
Se
nos metió un rápido otoño
muy
frio y lluvioso
y
a la hora de recoger los productos
los
surcos de agua estaban llenos.
Penas
y calamidades los jornaleros
pasaron
muchas, a cientos
había
que traerlos y llevarlos
cada
uno a su pueblo.
A
mi padre el desengaño le llego por momentos
trabajos
en precario
dormir
en barracones de madera
desconocer
el idioma y una vida de miseria.
Apenas
terminado el contrato
corriendo
se vino ara el pueblo
como
dice el dicho: a tu tierra grulla
aunque
sea con una pata sola.
Como
experiencia en la vida
es
para no olvidar jamás
a
todos nuestros emigrantes paisanos
sirvan
como homenaje estos emotivos versos.
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