jueves, 12 de abril de 2018

Algunos tienen vida, otros tenemos poesía.



Algunos tienen vida, otros tenemos poesía

Algunas personas tienen vida, otras tenemos a la poesía como una fuente creativa para realizar mis fantasías.
Quiero ser un escritor sin prisas para recrear una mitología urbana, compuesta por viejos cines y sus películas y reflejar una mirada sobre el pasado, pero sin melancolía.
De muchachos que hemos vivido la infancia y adolescencia jugando a canicas y a chapas, leyendo los tebeos del Capitán Trueno, El Jabato y El Guerrero del Antifaz entre partidos de futbolín y partidas de billar.
De los primeros escarceos amorosos con alguna compañera del colegio o del instituto, las cartas de amor que eran todo un universo, los primeros versos queriendo enamorar y conseguir el primer beso.
Música de finales de los sesenta en los guateques en las cocheras, en la gramola suena la orquesta unas piezas que a mí me gustan más las agarradas que las sueltas.
Algún que otro cubata, Mirindas, Coca Colas y Fantas, Pipermin para las más atrevidas y lanzadas que animan al personal en las fiestas y verbenas.
Crear las primeras pandas de amigos donde siempre había más chicas que chicos, algunas se quedaban sin formar pareja, siendo las más difíciles y ariscas las que tenían que bailar entre ellas.
Nuestras excursiones por la dehesa, las mochilas con la comida a nuestras espaldas, llegar a las ruinas de Cáparra a lomos de unos jumentos como si fuésemos Sancho Panza ¡ qué pasada!
Otras veces subir hasta Casas del Monte, recuerdo su empinado camino y agreste paisaje, hasta llegar a la cima de la presa de agua desde donde tan maravillosamente se divisa toda la campiña.
Nuestras primeras entradas al baile los domingos y festivos en la sesión de tarde, intentando sacar a bailar a las chicas guapas con el riesgo de sufrir alguna que otra calabaza.
Todas ellas estaban sentadas en los bancos esperando a su príncipe azul que a bailar las sacara, pero si el que la pretendía no era de su agrado él no era la respuesta y las risas picaronas entre todas ellas estaban aseguradas, y con la cara roja y con la cabeza gacha te ibas para otro lado de la pista a rumiar la amarga derrota.
De aquellas amistades de la infancia nos hemos visto en alguna ocasión por haber coincidido en el pueblo a pasar algún fín de semana o por ser las fiestas del mismo, nos saludamos amablemente y ocasionalmente evocamos algún vago recuerdo de aquellos momentos vividos.
Me doy cuenta de la inocencia perdida con el paso de los años, que el tiempo no se detiene y que quizás nos hayamos vuelto más egoístas o que cada uno tenemos nuestra propia vida.
Días de diversión y sana convivencia en que todo eran chanzas y risas, a pesar del tiempo transcurrido aún guardo muy gratos recuerdos.
Algunas personas tienen vida, otras tenemos a la poesía, como excusa para escribir todos los días, unas veces realidades, otras sueños y fantasías.

 Imagen relacionada


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Translate