Señas de
identidad
Un día me preguntaron qué ¿de dónde eres?
contesté: Soy partocho de Villanueva de la Vera.
Pero si has nacido en Zarza de Granadilla me dijeron,
los partochos nacemos donde nos da la real gana contesté.
Lo mismo que contestaba la gran Chavela Vargas, cuando habiendo nacido en
Costa Rica, decía que era Mexicana.
Y es que los artistas, músicos y danzantes, al igual que la gente de
escopeta y perro somos gentes de mal vivir, siempre con la maleta viajera a
cuesta como el baúl de La Piquer.
Unas veces corriendo y otras escapando por los pelos, por denunciar tanta
sin razón y despropósitos de políticos y del clero.
Y es que siguen corriendo malos tiempos para la lírica como cantaban el
grupo Golpes Bajo:
El azul del mar
inunda mis ojos,
el aroma de las
flores me envuelve,
contra las
rocas se estrellan mis enojos
y así toda
esperanza me devuelven.
Y aunque todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de
expresión. Y, ante esta evidencia, el silencio es un abono para que las
injusticias se prolonguen, la corrupción se perpetúe y la violencia se apodere
de los ciudadanos.
Por eso las ideas, la cultura y el espíritu crítico son las mejores armas
para luchar contra las injusticias.
A diario mi poesía busca la puesta en limpio de los contornos, calco una
realidad cercana y tangible. Dibujo un escenario por el que se puede caminar a
pie y percibir a cada paso la frustración de lo cotidiano.
Ahora cuando me preguntan ¿de dónde soy?, contesto como canta Facundo
Cabral:
No soy de aquí,
ni soy de allá,
no tengo edad,
ni porvenir
y ser feliz es
mi color
de identidad.