Neuras de otoño
Tic,tac,tic,tac
sonaba
el reloj sin parar,
noche
de insomnio, casi eterna
y
así no hay quien pegue el ojo, ni duerma.
Que
pena tan negra
como
una sombra chinesca,
la
cabeza no para de dar vueltas
capaz
de terminar por volverse loca.
Que
malas ideas
unas
venían y otras venían,
pero
todas desaparecían
con
las claras del día.
Oscuros
pensamientos
como
de malos presagios,
será
porque estamos en otoño
tiempo
de abrir los ojos a tanto desengaño.
Tiempo
de poetas románticos
cantando
a sus amores no correspondidos,
mentes
llenas de neuras
en busca
de sus medias naranjas.
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