Claro como el agua de
lluvia
Que los aspirantes a escribidores pretendemos hacer de nuestros escritos un arte para poder comunicarnos con nuestros lectores, pero no todo lo que expresamos en nuestras letras tiene por qué ser rigurosamente cierto.
Unas
veces son sueños y fantasías que suelo redactar en primera persona para
hacerlos más realistas pero no dejan de ser nada más que puras inventivas.
Debéis
saber que todos los aspirantes a escribidores padecemos de grandes imaginaciones,
confundiendo sueños con realidades y lo escribimos literalmente tal y como lo
pensamos.
En
otras ocasiones casi la mayor parte de las veces, son chascarrillos o
realidades que observamos a nuestros alrededores.
Como
mero espectador, alegre y vividor escribo realidades y sueños que en ocasiones
cuesta llegar a creerlos.
Y
así va transcurriendo mi vida procurando cada uno de mis días escribir en verso
o en prosa unas letras para entretener a la feligresía.
Que
unas veces lo consiga y otras no seguiré estrujándome el coco, pero como por
esto cobro tan barato que no percibo por ello ni un chavo.
Pero
para mí es un gran divertimento y a las musas pongo por testigo que si algún
día pasa y no escribo no estoy conforme conmigo mismo.
Fantasía
o realidad en ello radica la grandeza para entretener a mis ávidos lectores,
sagaces e inteligentes que siguen a diario todos mis escritos como si fuese un
ameno periódico.
Solo
deseo dejarlo bien claro
claro como el agua de lluvia,
lluvia que mojó mi cuerpo esta mañana
mañana preciosa de ésta otoñada,
otoñada que si en el valle del Ambroz
es mágica
mágica y hermosa es en la Vera
Alta,
Vera Alta y en toda nuestra hermosa Extremadura
Extremadura la extrema y dura,
dura como ha sido toda su historia
historia desde tiempos de la Reconquista.
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