D e n u n c i a
Como
un caos y batiburrillo es lo que siento en esta mañana temprano cuando salgo a
pasear por estos hermosos campos partochos.
Lo
primero que veo son las horribles pintadas en tantas paredes de las casas del
pueblo que afean y empobrecen sus bellas fachadas.
Como
si se tratase de una jornada de puertas abiertas contemplo con asombro y
tristeza que la piscina de invierno tiene violentadas y descerrajadas sus
puertas.
Al
denunciar estos hechos con extrañeza y estupor se me informa que esto es el pan
nuestro de cada día.
Y
lo más grave del caso como si no tuviese remedio que nadie nunca ha visto nada
ni a los que hacen semejantes trastadas.
Pues
como decía tío Pablo Cuesta si esto nadie lo remedia para hacerlos entrar en
verea tendrá que venir el hombre del traje negro para poner a tantos desmanes
remedio.
Ojalá
Dios lo quiera y les remuerda tanto la conciencia a estos cuatro gamberros para
que se vengan a razones y estos incívicos actos no vuelvan a cometerlos.
Estas
letras por escrito van dirigidas a todos los vecinos para que este hermoso
pueblo siga siendo la admiración de paisanos y forasteros.
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