Historias incompletas
Hay
secretos y silencios
que
maduran con el paso del tiempo,
y
que son muy apropiados
como
relatos de una noche de verano.
Un
viento huracanado y calenturiento
soplaba
por los cuatro costados,
desbaratando
el mudo silencio
ahuyentando
a los mirlos ocultos en los castaños.
Ya
habían transcurrido
más
de dos meses muy completos,
de
un calor axfisiante y bochornoso
comprendidos
entre junio y agosto.
Gruesas
y continuas gotas de sudor
corrían
por todo su rostro,
de
su pantalón sacó un pañuelo
para
secarse su húmedo cuello.
Son
historias incompletas
para
contar en noches de luna nueva,
sentado
en la terraza de mí casa
contemplando
un cielo cuajado de estrellas.
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