Otra forma de escritura
Escribir estas nuevas formas de
relatos ha sido para mí un desperezo literario, como quitarme un peso de
encima, soy sincero y lo confieso.
Hasta ahora todo lo que escribía eran
en forma de cuartetas, versos de cuatro estrofas, unas veces con más o menos
rima, pero la mayor parte con mucho sentido del humor, con mucha sorna y mejor
guasa.
Realizar un taller de microrrelatos
ha sido para mí todo un repulsivo, un renacer con nuevos bríos y conocer u
nuevo y creativo género literario.
Salir de la rutina, rompiendo métricas
y rimas, hurgar profundamente en temas pasados, otros de rabiosa actualidad, es
algo que me motiva y fascina.
Me ayuda a comprender otros puntos de
vista, alcanzando otras metas distintas y variopintas miras.
No todo debe ser blanco o negro, que también
existe un punto grisáceo que puede ser intermedio y que tan lindo puede ser
enero como febrero.
Lo más importe de este mundo
literario es aprender lo bueno de los más grandes y de los más sabios, nunca
despreciar a ninguno de ellos por mucho que pensemos que algunos de sus
momentos en sus escritos puedan llegar a ser algo estrafalarios.
Serán distintos, ni mejores ni
peores, la creatividad es algo sublime y si las musas nos acompañan tendremos
hermosas e inspiradas creaciones literarias.
Lo peor de todo esto son los espacios
en blanco, el no poder escribir nada en nuestro diario, como las habitaciones
de los hospitales con sus camas vacías que aun estando en pleno verano, las
sabanas parecen estar húmedas y frías.
Llegado a este punto en el que estoy
divagando creo que ha llegado el momento de poner un punto y seguido porque
para seguir con este desvarío, de no ser capaz de llegar a finalizarlo, ni el por
qué, ni el cómo, ni el cuándo, mejor un punto final y dejarlo para otro rato.
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