Ensueños inmobiliarios
Toda la noche en vela sin pegar para
nada el ojo, quizás sea debido a los nervios del momento que estoy atravesando.
Y lo malo de todo esto es que es por
cosas buenas, ya que me están saliendo las cosas mejor imposible, todo a pedir
de boca.
Pero son tantas las emociones que
casi cuesta creerlo que esté pasando todo ello.
Una vez más en temas de bienes
inmuebles la suerte me sonríe y viene a buscarme.
Yo no he vendido mi piso, es que me
lo han comprado, aceptando todas y cada una de mis peticiones, vamos que me lo
han quitado de las manos y creo que aún estoy despierto soñando o tal vez
soñando despierto y casi no alcanzo aún a entenderlo, vamos que me cuesta trabajo
creer que todo sea cierto.
Y aquí estoy, son las tres de la madrugada
de un veinticinco de abril del corriente año y estoy estas letras redactando en
mi cuaderno, como si se tratase de un capítulo más, una nueva aventura o
episodio para escribirla en mi cuaderno de bitácora, en mi personal diario.
Ojalá no llegue a equivocarme al
tomar esta decisión, meditaré concienzudamente todo lo que lea en el contrato
de compra-venta y en el alquiler de éste piso urbano.
Y es que ya se sabe que en asuntos
monetarios, por donde andan los dineros de por medio, cualquier tipo de error o
equivocación no tiene remedio.
Y es que el runrún que dice José
Mota, se mete en la cabeza y esta no para de dar vueltas de noche ni de día y
con la que se avecina así aquí no hay quien viva y día tras día me veo firmando
papeles en la notaría.
Y entre compras y ventas hay que ver
la cantidad de euritos que se lleva Hacienda, quedando nuestras huchas vacías y
como remedio pensar “ que son cosas de la vida “.
La cuestión es no poderse quedar uno
quieto, ojalá pueda disfrutar muchos años de todo esto antes de perecer en el
intento.
Sueños inmobiliarios, más largos que
los misterios del santo rosario, incluyendo sus letanías que hacen que las
horas se conviertan en largo días.
Apenas estoy empezando y ya sueño con
verme en mi nueva casa aposentado y es que el soñar no cuesta dinero, pero creo
que todo este tiempo se me va hacer algo más que eterno.
Encima hay que tratar con todo tipo
de artistas, que están acostumbrados a engañarnos con sus buenas palabritas.
Pero habrá que ponerse muy serio,
cada uno en su puesto y de vez en cuando tomarse alguna tisana o manzanilla
para no alterarse perdiendo la compostura y ojalá salgamos ilesos de ésta
aventura.
Más que una aventura, una odisea esto
de tener que andar con los desmontes de tierra, los linderos y toda la
feligresía.
¿ Cuándo me veré escribiendo el capítulo
final de todo este embrollo?
El tiempo será testigo de todo lo que
en estos momentos escribo.
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