En el parque Padre Pacífico
sentado en mi real trono
a la sombra de un frondoso
árbol
con mi acompañante sentada en
un banco,
hago mis estiramientos y
ejercicios físicos
al lado de su lago tan
hermoso
de cuyas cristalinas aguas
beben los pájaros.
Los rosales del prado están bien
abonados
por los orines y cacas de tanto
perro suelto
ante la pasividad de sus
dueños,
y la cantidad ingente de
estercoleros
que con sus desechos hacen
los gamberros incívicos
que a pasear y a tomar el
aire fresco
acuden a éste reciento a
diario.
Es una pena que un recinto
tan bello
situado al lado del Eroski,
en pleno centro
con bellísimos jardines y
mucho arbolado,
toboganes y columpios para
los niños
de amplio verdor rodeado
se encuentre tan sucio y
abandonado
debería ser vigilado por un
guardia jurado.
Rodeado de un entorno
maravilloso
además de perfectamente
comunicado
estando al alcance de todos,
con gran aparcamiento para
los vehículos
excelentes accesos para los
minusválidos
los niños pueden jugar sin
ningún tipo de peligros
dejando tranquilos a los
papas un ratito.
Desde mi real trono observo
de vez en cuando que sale
humo y fuego
de la escombrera que hay en
lo alto del cerro,
aunque muchas veces ha sido
denunciado
siguen vertiendo en sus
escombros
cantidad ingente de
neumáticos
prendiéndoles llama para
destruirlos.
El parque Padre Pacífico
está en un lugar magnífico
con muy buenas instalaciones,
para disfrute y goce de los
peques
deleite y descanso de los
mayores
donde podemos acudir todos
los días del año
con horario de invierno y de
verano.
La verdad es que es un lugar
maravilloso
donde yo voy por las tardes,
a diario
desde su altura en ocasiones
contemplo y oigo,
el sonido de tren con algún
que otro vagón
anunciando su llegada a la
estación
apeándose una cantidad
ingente de viajeros
que vienen a conocer Cáceres,
nacionales y extranjeros.
Francisco Martínez Ujido
más conocido como Padre
Pacífico
de Cáceres es hijo adoptivo,
la figura destacada de éste
franciscano
por su labor en el Colegio
San Antonio
de los hermanos de la Cruz Blanca
su mayor mentor
y de muchos cacereños su
valedor.
El parque Padre Pacífico
es un lugar para acudir,
maravilloso
al que yo frecuento mucho,
a todo el público civilizado
recomiendo
acuda frecuentemente a visitarlo
por su solecito en invierno
y agradable y fresco aire en
verano.
Será por la serenidad y paz
que se respira
a mí me sirve de relajación y
me inspira
observando como
tranquilamente pasa la vida,
con sus sinsabores y alegrías
viendo juguetear por sus
verdes praderas
a todos los niños que
alegremente corretean
y con sus risas e inocencia
nos animan.
( Adrián Sánchez Blázquez )
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