Escuchar bellas canciones de
boleros
a mi mente acuden tan bellos
recuerdos,
de nostalgia, pero tan
tiernos
aquellos guateques con el tocadiscos
años setenta, pero parecen
haber sido ayer mismo.
Enumerando a los amigos y viejos
conocidos
de cuando alegremente
jugábamos como niños,
hoy al ver a muchos de ellos
son como verdaderos desconocidos
haciendo cierto el dicho que
el roce engendra el cariño
otros muchos es que ya han
desaparecido.
Cuando d año en año nos vemos
en las fiestas del pueblo,
apenas un ligero saludo
con algunos de ellos, los
menos
de otros si te he visto no me
acuerdo
nos miramos en la distancia,
a lo lejos.
Decíamos que íbamos a ser
amigos para siempre
pero es de donde se pace y no
de donde se nace,
el tiempo es y ha sido
testigo
de que nuestro cariño y
amistad están perdidas
cada uno navegamos como un
barco a la deriva.
Sigo escuchando bellas melodías
de boleros
a cada uno de vosotros os
tengo en el recuerdo,
evocando lo bien que lo
pasamos aquellos días
de nuestra juventud, desde la
lejanía
que estarán siempre presentes
y nunca se me olvidan.
Nuestras excursiones a
Cáparra
atravesando la dehesa zarceña,
a lomos de una burra que se
espanta
al verse reflejada en los regatos
, en sus aguas
haciéndonos caer de ella al aflojársele
la albarda.
Solo de vez en cuando
al repasar y ver alguna foto,
al mentarlo con algún
conocido que otro
evocando lo rápido que pasó
el tiempo
añoro esos lejanos y
cariñosos recuerdos.
( Adrián Sánchez Blázquez )
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