La música nos une, es cosa de magia
es el nexo de unión
entre distintas razas y lenguas
un vehículo universal de comunicación.
Es fácil asomarse un domingo a la ventana
oir el trino de los pájaros en los árboles,
posados en sus ramas
disfrutar de deliciosas melodías
incluso el sonido de las gotas de agua al caer
la lluvia.
Con la música puedes volar
hasta lo más íntimo de la espiritualidad
más allá de lenguas, credos y costumbres
la música nos hace vibrar, nos une.
La música es un bálsamo instantáneo
calma las emociones
relajando los corazones
y hace recuperar nuestro gobierno.
Cuando estoy enojado
cojo mis cascos y canto
empiezo por un tono alto
y poco a poco voy bajando.
Es increíble como una canción
puede cambiarnos el ánimo
el pensamiento y la emoción
y hace despertar nuestros sentidos.
La música tiene mucha fuerza sobre nosotros
mejora nuestro estado de ánimo
está demostrado por científicos y médicos
que calma el dolor de nuestro cuerpo.
Quién canta su mal espanta
estimula la memoria, incrementa la autoestima
ayuda a formar nuevas relaciones sociales
llega a mejorar nuestros problemas personales.
Mientras el mundo crea muros
la música nos une con más fuerza
viejos y jóvenes talentos
nos estimulan a tener una mente abierta.
El que escucha música
siente que su soledad
de repente se puebla
y se empieza
a alegrar.
La música es el inicio de la existencia
el arte es infinito como la vida
y solo se compara con la belleza
ilimitada de la música.
La música es una entrañable compañera
que no se huele, no se ve, no se toca
serena a los espíritus, se siente y se nota
y con la cuál nunca jamás estarás sola.
La música tiene luz propia
despeja neuras y tinieblas
los días se ven con más belleza
y tiene el don de amansar las fieras.
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