martes, 19 de noviembre de 2013

Fiesta de la calvotá


Este otoño mágico y caluroso

el verano parece no querer ni por asomo dejarnos

siendo miércoles me decido a escribir un rato

éste relato no se si me saldrá corto o largo.

 

Los días son más cortos y las noches más largas

de setas y castañas y platos de caza es temporada

prestos para celebrar próximamente la Calvotá.

 

Fiesta importante en nuestra Comunidad

tiempo para reencontrarnos con los amigos de verdad

nos escapamos al pueblo, vamos al campo huyendo de la ciudad.

 

Todos con gran alegría y contentos

de poder pasar gratos momentos

que quedaran gravados en nuestras mentes para el recuerdo.

 

Es un buen motivo y una excusa perfecta

para escaparnos a la garganta, cerca de la sierra

y asar los calvotes en una buena hoguera.

 

Programamos la excursión y el punto de encuentro

para que sin motivo justificado  ni pretexto

nos encontremos todos en el lugar idóneo y perfecto.

 

A la llegada besos y abrazos de bienvenida

y de emoción algunas lagrimillas furtivas

se escapan haciéndose visibles a la vista.

 

Cada uno de los amigos saca la cesta de las viandas

para aliviarnos las penas de la panza

y después cantamos alegremente todos los componentes de la panda.

 

Se pone al fuego la sartén o el cilindro con las castañas

para preparar una buena Calvotá

y al cabo de un momento están listas para ser degustadas.

 

Con un licorcito de hierbas

a nuestra imaginación damos rienda suelta

recordando chascarrilos antiguos alrededor de la hoguera.

 

Gozosos de haber pasado un agradable día

nos despedimos pasados de la madrugada la dos y media

quedando en celebrarlo al año próximo con mucha alegría.
 
 

 

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