Empezar a escribir unos versos
es una inmensa aventura sin metas, ni destinos
todos los días aprendes algo
la escritura es un pozo de sabiduría sin fondo.
Tener cierta predisposición es fundamental
en el sentido que te tiene que gustar
los versos surgen de lo más profundo de mi ser
con la virtud de emocionar, después enamorar.
Cómo una música que se te mete en cada poro
no preguntes por qué, pero me atrapa de lleno
llega un momento que ya no me la puedo quitar
haciéndome a mi mismo, a base de necesidad.
La escritura es como una música sin parangón
que no tiene hermanos parecidos
surge de lo más profundo del ser humano
la poesía es una continua evolución-revolución.
Cuando la escritura te atrapa es una cosa muy
chunga
del escuchar y leer para tener todas las
vivencias posibles
la buena escritura es rincones variados se vive
y se cuece
buscando más el momento, la esencia.
De todo lo que escucho y leo aprendo
paso a paso, saboreando y cubriendo etapas
de cada uno de los instantes disfruto
intentando algún día llegar a la meta.
La prosa y el verso es duende
pura magia, para el que sepa verlo
para el que sepa captarlo
para el que leyendo entre líneas lo entiende.
El duende convoca, cuando convoca
no existen reglas, ni métodos
saber convertir la afición en oficio
el arte en vocación te ilusiona.
Al menos mostrar parte de una realidad
todo un significado en unos versos condensar
que trasmita sin ver, sin mirar
hablando sin hablar.
He encontrado un punto en el que disfruto plenamente
haciendo mi trabajo escribiendo diariamente
versos rojos, negros o del color que lleguen a
mi mente
no dejando de aprender y crecer personalmente.
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