Un sueño tan repetitivo
que sin resultar pesado,
es como algo mágico
ojalá algún día lo vea realizado.
Es como un feliz sueño
en una bella noche de verano,
en un cielo de estrellas
cuajado
de ese firmamento partocho y
verato.
Contemplar una bella danza
en el que sobran las
palabras,
sentado al frescor de una
terraza
hasta altas horas de la
madrugada.
Embriagado por el ambiente
de esas guitarras con sus
acordes,
los ecos de esas quebradas
voces
entonando canciones toda la
noche.
Ronda de enamorados
de casados y solteros,
picantes letras de rondeñas y
fandangos
en éstas calurosas noches de
verano.
El que se casa en la Vera
será burro quiera o no
quiera,
dice una bella copla verata
cantada por una bella
partocha.
Sentir el amor en la Vera
es vivirlo de diferente
manera,
con sus tonadas partochas
para enamorarse a todas
horas.
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