viernes, 13 de noviembre de 2015

Al jamón ibérico de pata negra.


Tres cosas hay en la vida

que me ayudan a desayunar mejor,

pan con tomate y aceite de oliva

y de pata negra buenas lonchas de jamón.

 

Para tener sano el corazón

unas dosis de esto tomar todos los días,

es una poderosa razón

para recargar las pilas de energía.

 

Las mejores y más poderosas medicinas

como medida preventiva,

las más baratas y saludables

son de Extremadura, sus ibéricos jamones.

 

Esa grasa que se incluye en la dieta mediterránea

impregnando nuestros paladares y bocas,

de ese exquisito néctar

que procede de las dehesas extremeñas.

 

Un abundante platito

de jamón ibérico,

es un buen aperitivo

acompañado de ricos vinos.

 

Un buen jamón extremeño

quita hasta el sentido,

las penas se marchan al olvido

porque está rico…rico…rico.

 

Es un producto muy recomendado

por los doctores más sabios,

porque nos abre el apetito

y con estos versos me despido.

 

Al jamón ibérico

de pata negra,

de la dehesa extremeña

este poema le dedico.
 

 

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