Esta tarde de domingo, muy tranquila y soleada
decidimos dar un paseo por la verde campiña
recorrer unos kilómetros por una dehesa maravillosa
un paseo a través de la historia cacereña, la más desconocida.
La ruta se inicia a doce kilómetros de Cáceres
carretera de Badajoz, el desvío hacia el ecoparque,
nos adentramos por un camino carretero
que nos llevará al punto de destino.
Buitres leonados vemos en el horizonte
desaparecen las encinas de repente,
y se dibuja la silueta de la torre
rompiendo la línea del horizonte.
Es una bella ruta cultural
por su riqueza patrimonial y natural,
el camino a través de la dehesa
nos lleva hasta el castillo fortaleza.
Una sólida fortaleza
de tiempos de la edad media,
con su cuadra y patio de caballos
y el escudo delos Mogollones en todo lo alto,
un fuerte zumbido de abejas
nos obliga a salir por piernas.
El paseíto al campo la pena ha merecido
para despejar las cabezas con el aire dela sierra,
las cigüeñas en lo alto del Torreón
machan el ajo con mucho primor.
La ermita de San Jorge, un ejemplo de despropósito
y abandono de nuestro cultural patrimonio,
los restos de ésta ermita se mantienen a duras penas
pues amenazan una ruina completa.
Su estado es lamentable
y se levanta frente a un pequeño estanque,
que parece ser artificial
en ésta hábitat tan natural.
Se conservan relativamente cubiertos
la capilla, la sacristía y el coro,
las pinturas son de temática religiosa
representan de Cristo escenas bíblicas.
Fueron pintadas por Juan de Rivera
como consta en una inscripción de la piedra,
el evidente deterioro duele tanto
que me gustaría llevarlas y protegerlas de la inclemencia del tiempo.
Qué pena que los responsables del patrimonio
hagan oídos sordos,
para intentar reformar este arte religioso
y miren para otro lado.
La dehesa esconde otro tesoro
el Dolmen de la Hijadilla, precioso,
un monumento megalítico
destinado a enterramientos colectivos.
Constituido por una circular cámara funeraria
construida con grandes piedras,
dispuestas verticalmente
que soportan losas horizontales.
Una bonita experiencia
digna de tener en cuenta
un hermoso paseo que os recomiendo,
y si es con un bocata de jamón y queso
pues mejor y os animo a recorrerlo.
Una tarde de sol radiante
hemos ido al campo, pá lante,
con dos de mis tres soles
al Torreón de los Mogollones,
cogemos un magnífico ramillete de espárragos
para un revuelto de trigueros.
Un viaje por el campo, a través de la historia
al Torreón de los Mogollones, ermita y dolmen de piedra,
ver la senda del camino y volver la vista atrás
para regresar felizmente al punto de partida.
Después de andar más de dos horas y cuarto
al regreso unos tés y refrescos,
con ricos pastelitos
para relajarnos y fortalecernos.
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