Escucho una bella melodía
a los acordes de un piano,
que ponen un toque de alegría
a este corazón apenado.
Será por las inclemencias del tiempo
que estoy al borde de un ataque de nervios,
me encuentro serio y con apatía
será la llegada de la andropausia.
Unas veces son sofocos
otras veces son calmas,
para coger el abanico
o refrescarme con agua.
Yo era de los que creía
que a mí nunca me ocurriría,
y es que rebasé los sesenta
sin apenas darme cuenta.
La risa va por barrios
me decía a mí un sabio,
que sabía más por viejo
que por diablo.
La vida te da sorpresas
a la vuelta de la esquina,
con llantos y alegrías
pero es que pasa tan deprisa.
El resumen de todo esto
es que aún estoy vivo y lo cuento,
con cierta sorna e ironía
le doy gracias a la vida.
Aprender bien la moraleja
que para vivir con optimismo la vida,
debes siempre prepararte
y mirar hacia adelante.
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