Ahora que rebasé los sesenta
empiezo a darme cuenta,
que la vida es efímera
y pasa sin haberme dado cuenta.
Mis sienes están plateadas
con alguna que otra calva,
con gafas graduadas
para mi vista cansada.
Pero con una mente serena
las ideas muy claras,
una picara mirada
e irónica sonrisa en la cara.
Ahora que rebasé los sesenta
con un corazón y alma inquieta,
de mi mente salen palabras
para componer poemas.
Voy viendo transcurrir los días
con satisfacciones y alegrías,
dando gracias a la vida
a mis amigos y a mi familia.
Que me han dado tanto
me han dado la risa y el llanto,
así distingo dicha de quebranto
los dos materiales que forman mi canto.
Creo que el mejor destino no es un lugar
es una vivencia,
alejado de la rutina habitual
para una nueva experiencia.
Ahora que rebasé los sesenta
me encuentro ágil y sin pereza,
y todos los días a la vida
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